Los retos de la educación en la modernidad líquida (psicologiasocial.txt)

Hay pocos contenidos escritos que sinteticen con mayor lucidez la condición del sujeto en la sociedad de consumo del siglo XXI que estas páginas escritas por Zygmunt Bauman. En ellas se acotan con precisión los contornos de un estado de cosas en el que los individuos, transformados en usuarios, perdieron contacto con todas y cada una de las referencias ideológicas, sociales y de accionar que habían preciso su actuación en siglos precedentes.
En este orden nuevo la vida "se hace más rápido" por la necesidad, prácticamente obligación, de explotar tantas ocasiones de felicidad como resulte posible, cosa que nos deja ser "alguien nuevo" a cada instante. La identidad se edifica a través de complementos adquiridos, que se muestran en el mercado en número que se multiplica hasta hacerse incontrolable, de la misma la oferta de información con que nuestro método es bombardeado desde todas y cada una partes. Ello tiene predominación sobre nuestra forma de relacionarnos con el entender, el trabajo y la vida generalmente: la educación, en la temporada de la modernidad líquida, abandonó la noción de conocimiento de la realidad útil para toda la existencia y la ha sustituido por la del conocimiento "de utilizar y tirar", válido mientras que no se afirme lo opuesto y de herramienta pasajera.
No obstante, para Bauman, la capacitación continuada no debería ocuparse de forma exclusiva al promuevo de las capacidades técnicas y a la educación centrada en el trabajo, sino más bien, más que nada, a conformar ciudadanos que recobren el espacio público de diálogo y sus derechos democráticos, ya que un ciudadano desinformado de las situaciones políticas y sociales en las que vive va a ser completamente inútil de supervisar el futuro de estas y el suyo.