Reportaje al pie de la horca

Julius Fucík fue un periodista y crítico cultural de origen checo, que al calor de las luchas de la clase obrera y de los ecos de la Revolución de Octubre en Rusia, abrazó la pelea por la revolución. En el momento en que Hitler ocupa su patria (al lado de la mayor parte de los países de Europa central y del este) se desata la persecución mucho más encarnizada a los integrantes del Partido Comunista y de la resistencia nacional. Julius Fucík, naturalmente siendo consciente de los riesgos, escoge combatir desde la mucho más rigurosa clandestinidad por la derrota de los ocupantes nazis. En 1942 cae a manos de la Gestapo. A lo largo de prácticamente un año es torturado en las prisiones de Praga hasta el momento en que es culpado a muerte. En 1943 es movido a Bautzen y después al campo de concentración de Plotzensee en Berlín, donde el hacha asesina (y no la horca, como él suponía) termina con su historia. A lo largo de su cautiverio, y merced a un guardián que le provee de los medios y saca en misterio de la prisión sus escritos, redacta las paginas indelebles de Informe al pie de la horca. Es el testimonio de un hombre estable y también integro que no claudica frente al terror físico ni la devastación ideológica que le ofrecen sus verdugos. Entonces su mujer y compañera, sobreviviente del nazismo, recopila los escritos que aquí se muestran.