Regreso a Berlín. 1945-1947

Regreso a Berlín completa el relato de la Segunda Guerra mundial iniciado por Shirer en Períodico de Berlín, interrumpido en 1941.

Una narración impresionante y otra lección de periodismo.

Willliam Shirer ejercitó como corresponsal en Berlín para la CBS desde 1934 hasta 1941. Sus apasionadas crónicas, vanguardistas en ese género, próximamente llamaron la atención de los censores nazis, que escrutaban con atención su trabajo. El progreso de la guerra propició el desarrollo de la publicidad y complicó de enorme manera el trabajo de corresponsales como Shirer, quien decidió redactar un períodico paralelamente donde dejar testimonio de todo lo que no podía decir en sus insignes alocuciones. Su Períodico de Berlín quedó interrumpido ásperamente en 1941 gracias a su expulsión del país y su regreso a USA. Shirer debió dejar Alemania en medio de la guerra, en el momento en que media Europa se encontraba en llamas y la mayor parte de su población judía en los campos de exterminio.

Regreso a Berlín es la aguardada continuación de su períodico berlinés y su personal arreglo de cuentas con el Reich de los mil años que vio su fin bastante antes de lo pensado. Iniciado en USA a lo largo de 1944, nos comunica de la creación de un nuevo organismo: la Organización de las ONU, y adelanta la relevancia que tendría en la administración del marco geopolítico que brotará tras la guerra. En 1945 regresa a Europa al fin, al París recién liberado, y vuelve a Berlín, localidad arrasada por los últimos meses del enfrentamiento. Desde allí viaja a Nuremberg para contemplar los juicios contra los jerarcas nazis y proporciona una vez mucho más su refulgente interpretación histórica de los hechos que vive, a la par que deja traslucir alguna actitud fatalista en oposición al planeta surgido de las cenizas de la guerra.

Reseña:

«El humo de los bombardeos todavíase eleva sobre las ruinas del país a lo largo de esta segunda estancia de William Shirer en Berlín, entre octubre y diciembre de 1945... Regreso a Berlín es un libro impresionante, pero asimismo trágico. No hay victoria en él.»
The Nation