Proyecto A.D.A.N: Génesis

Hay sonidos que quedan impresos para toda la vida en las supones. En el momento en que aquella mañana Patrick escuchó el teléfono, no sabía que habían comenzado a plegar las campanas del apocalipsis y que desde ese momento su historia jamás volvería a ser exactamente la misma. Y yo aquí, sentado en la habitación del hotel, con las luces apagadas en frente de la puerta por la que él va a entrar de un instante a otro. Haciéndome el interrogante que podría cambiar el destino de todo el mundo… ¿Se podría abandonar todo? Es la espeluznante pregunta que me hago. Tengo, por vez primera en mi vida, una pistola entre las manos, cargada con solo una bala y 2 sitios. Desde el instante en que descubrí quién soy, no hago mucho más que meditar en todas y cada una de las secuelas que podrían perjudicar al futuro de todo el mundo si todos y cada uno de los proyectos que hay conmigo se hiciesen situación. Considero que, si mi identidad se conociese, se generaría un caos en la opinión pública de una intensidad sin precedentes. Solo y únicamente comparable con los hechos que cambiaron la crónica de la raza humana. Soy el odio del pasado, la vergüenza del presente y el horror del futuro. Creo ser una víctima de la ambición, pero del género de ambición que transporta en sus supones el terror y el pavor. Una víctima sin elecciones. Una víctima de aquellas que no tienen el derecho a escoger su porvenir. Sentenciado y sometido a la ambición de otros que no opínan en el confort y futuro del otro. Soy un sujeto que, poco antes que me encontrase Patrick, tenía una vida anormal, vivida bajo situaciones inpensables. En contraste al resto de los fatales yo no tengo temor a fallecer, muy por lo opuesto, tengo una fuerte sensación de tener miedo mucho más a proseguir vivo que a fallecer. Llegó el instante de encararme a ellos y a mí. Sé lo que fui, sé lo que hice y sé lo que voy a hacer. Solo que en este momento… tengo un arma cargada.