Teoría del objeto y Presentación personal (Biblioteca de la Filosofía Venidera)

¿Qué misterios del pensamiento protegía la histórica «Escuela de Graz» establecida y dirigida por el enorme Alexius Meinong? ¿Quién era este pensador del que varios de sus contemporáneos y sucesores desearon, con tanto empeño, que su destino filosófico fuera olvidado? Una vigorosa fuerza conceptual se esconde en la llamada Teoría del objeto propugnada por Meinong: aquella que reta los cimientos mismos de la metafísica desde Aristóteles al ofrecer una ciencia a priori de lo inexistente: los elementos inviábles (la montaña de oro, el cuadrado redondo) son solo ciertos ejemplos de una teoría que quiere abrir para la filosofía una dimensión completamente indiferente a las determinaciones ontológicas del ser y del no-ser, de la realidad y de la falsedad: el campo de lo que Meinong llama el «ser-afuera». Gilbert Ryle decretó que las teorías de Meinong estaban fallecidas, enterradas y nunca serían salvadas. El mismísimo Edmund Husserl que confrontó fuertemente con él, había escrito que Meinong no trataba sino más bien con un haragán grupo de «elementos apátridas». Estos elementos, no obstante, no han cesado de acosar al hombre desde los comienzos mismos de su actividad reflexiva al punto que su presencia semeja constituir la esencia misma del meditar. Ninguna especialidad, de la metafísica a la teología, de la psicología a la ética y la literatura puede salir indemne de una confrontación con las proposiciones de Meinong. El día de hoy mucho más que jamás, la filosofía de Meinong semeja sugerir un punto de sustentación para un nuevo despertar del pensamiento.