Perón: Retrato de un farsante

Terminada la lectura de estas hojas, indudablemente el lector se hallará a sí mismo en frente de una urgente disyuntiva y una sucesión de problemas que va a deber por fuerza contestar: ¿fue Perón un patriota o un ruin? ¿Fue quizá enemigo manifiesto de los poderes trasnacionales que denunciaba o, opuestamente, se plegó obedientemente a ellos? ¿Reportó su doblez manifiesta algún triunfo de extensión para la nación argentina o se trató siempre y en todo momento, sencillamente, de espurias maniobras para acaparar y perpetuarse en el poder? En rigor, lo adelantamos, la contestación va a ser obvia por el simple fundamento de que los hechos que referiremos ahora no aceptan –lo repetimos: no aceptan– mucho más que una interpretación viable.Si algo pensamos que va a quedar probado desde estas páginas es que la soberanía política, la independencia económica y la justicia popular fueron para el peronismo solo eslóganes para consumo de adentro. La primera bandera quedó a cargo de los estadounidenses