Peña Amaya

Año 572. Hace un siglo que el Imperio De roma de Occidente ha caído y mucho más de ciento cincuenta años desde la irrupción de los salvajes en Hispania. Más allá de las permanentes guerras Cantabria, un país diminuto, sigue sin dependencia en parte merced a la inexpugnable localidad de Amaya, rincón donde se reúne su Senado.
Tras sus triunfantes campañas contra los bizantinos en el sur peninsular, el rey visigodo Leovigildo sitia la localidad rebelde de Corduba. Pero su ambición va mucho más allí: el monarca quiere juntar toda Hispania bajo sus leyes y, para esto, va a deber marchar con sus huestes hacia el norte de la península.
Tomás, un joven cantabrio que en otro tiempo fue guerrero, ha abrazado la auténtica fe y se ha unido a Emiliano (San Millán), hombre santurrón cuya popularidad se prolonga por todo el norte peninsular. Este, en un sueño turbador, va a ver la destrucción de Amaya y escogerá a Tomás a fin de que lleve la palabra de Dios a los cantabrios, paganos en su mayor parte, como única garantía de salvación.
Tomás deberá confrontar a su pasado y a su hermano mayor, Necón, que va a ser el responsable de proteger Amaya, y con ella toda Cantabria, del ataque visigodo.
Pedro Santamaría, con su frecuente prosa dinámica, nos muestra un relato heroico cargado de acción, que piensa sobre los límites del amor y la resistencia.


Pedro nació en Santander en 1975. Es licenciado en derecho por la Facultad de Canterbury, Inglaterra, país donde ha vivido, estudiado y trabajado desde los catorce años. Tras haber viajado a Taiwan, donde fue instructor de inglés y español, decidió regresar a su tierra natal para establecerse finalmente.
Su primera incursión en la novela histórica, OKELA (2011), que relataba una expedición espartana a las fuentes del Ebro, y nació de su pasión por la crónica de Cantabria y la Grecia Tradicional, fue un éxito de ventas en este país. Su segunda novela, EL ÁGUILA Y LA LAMBDA (2012), se ubicaba en la Primera Guerra Púnica.