Pecadoras: Maestras del sexo y la seducción

Friné, entre las damas mucho más preciosas de la Vieja Grecia, fue la apasionado y modelo predilecta de Praxíteles, quien se inspiró en ella para hacer ciertas estatuas de Afrodita. Friné fue acusada de impiedad, una falta imperdonable en la Vieja Grecia (fue el delito por el que se condenó a muerte a Sócrates), al lado del atrevimiento de equipararse con exactamente la misma Afrodita. A solicitud de Praxíteles, fue protegida por Hipérides, quien inútil de seducir a los jueces de su inocencia, como último recurso, la desnudó a fin de que mostrara sus pechos, explicando que no se podía privar al planeta de tanta hermosura. Así, se logró la absolución unánime del tribunal.

Friné abre el telón de ciertas historias que recopila este libro, recobrando la memoria de damas como Sicilla (la mayor prostituta de Roma), Julia, la hija del Emperador Augusto, Agripina e inclusive a Mesalina, la mujer del Emperador Claudio… Teodora de Bizancio, que cambió su destino dejando de ser una prostituta para transformarse en emperatriz, Maria Magdalena, Madame Pompadour, Julia Bullete, que dirigió el mayor burdel de Virginia City… Victorine Meurent, apasionado y musa del pintor Manet, La Hermosa Otero o la actriz Joan Crawford, quien, tras una niñez infeliz, donde padeció pésimos tratos, escapó de su casa y probó suerte en el espectáculo. Fue detenida por ejercer la prostitución y rodó una película porno, antes de transformarse en la enorme estrella del la Enorme Pantalla.

Estas son ciertas personajes principales de Pecadoras, un homenaje que recobra la memoria de las considerables incomprendidas de la historia.