St. Pauli (Colección Especiales)

En los años ochenta, merced a los jóvenes vinculados al movimiento autónomo, al punk y al fenómeno de ocupación de casas, el St. Pauli se transformó paulativamente en un club de culto. Desde ese momento reconstruyó su identidad cerca de unos factores absolutamente distintas a los precedentes.

Pese a su poco éxito deportivo, logró proyectarse como un equipo alterno dada la serie de ideas de carácter popular que emprendió parte de su afición. Merced a la identificación con ideas políticas de la izquierda, su escudo y sus estandartes estuvieron presentes en movilizaciones como Perro Vies en Barcelona, Gamonal en Burgos o Gezi en Estambul (Turquía). Se convirtió en un símbolo y suma mucho más de 500 peñas repartidas por toda Europa, doce de ellas en España.

El St. Pauli es la constatación de que otra forma de comprender el planeta y el fútbol es viable. Es romanticismo en estado puro y es lo mucho más afín al fútbol de vecindario, a aquel fútbol habitual que nuestros bisabuelos contemplaban desde las gradas cien años atrás. La manera de ser del FCSP hizo que personas de cualquier punto de todo el mundo empleen la bandera y el escudo en los movimientos sociales en los que forman parte. El próximo año proseguirá en la Segunda División alemana, pero sus escudos van a estar por toda Europa en primera línea de las manifestaciones.