Palmeras de la brisa rápida

Palmeras de la brisa rápida pertence a las crónicas mucho más insignes de Juan Villoro y un tradicional de la literatura de viajes sudamericana. Con una búsqueda personal como motor y una confía editorial como chasis, este ágil relato nucléa una innumerable proporción de prodigios que solo la "hermana república" de Yucatán fué con la capacidad de engendrar merced a su crónica, geografía y gusto por el sincretismo: pirámides bastante duras, platillos de un barroquismo insuperable, ubicuos comerciantes de souvenirs, denticiones exportadas al extranjero, un singularísimo español: las infinitas maravillas de la civilización yucateca.

Con una avidez producto de la búsqueda de las propias raíces, Villoro —hijo y nieto de yucatecas— reúne dentro del mítico Volkswagen en el que recorrió la península a una variada serie de individuos: el ajedrecista que desafió a Capablanca, trovadores que renuevan el eterno arte de fallecer de amor, el mucho más cortés de los conjuntos de rock duro, una liga socialista de beisbol. A fin de cuentas, y como nuestro creador lo define, este es un viaje a un estilo narrativo pero, más que nada, a un destino sensible.  

 "Si Villoro fue desde joven proclive a la meditación epigramática y el vuelo metafórico, en sus últimos cuentos el lenguaje está trabajado hasta volverse consistente con la enigmática psique de sus criaturas, que se salvan —se convierten— prácticamente por al azar y quizás sin merecerlo, tal y como si a punta de purgar un pecado hubiesen juntado los méritos precisos para parar de ser responsables, para ser, otra vez, lo que son y dejar de traer al demonio." Álvaro Enrigue