Orisha

Arraigada en el folklore afrocubano tan bien captado por Fernando Ortiz, Lydia Cabrera y Alejo Carpentier, Orisha dibuja una elipse que fabulosamente enlaza el campo primigenio de la isla con el contemporáneo. Desde el criterio anecdótico, toda esta novedosa novela de Rubio traza el desenlace del vaticinio de un babalao lucumí que comunica con datos el nacimiento y futuro de Ignacio Benítez, nick Agua Dulce. Mulato de ojos azules, Ignacio es el preferido sustituto del brujo lucumí y el responsable de ratificar la certeza del pronóstico de los caracoles courís sobre su destino. Desplazándose desde la Cuba originaria hasta la revolución fidelista de 1959 y el subsiguiente éxodo a tierras floridanas, Orisha detalla y recopila sensualmente la riqueza del paisaje guajiro, el gusto de su tierra tostada y cargada, el planeta alucinante y fogoso de la zafra, la decadente vida de nochea de la ciudad más importante cubana y el Miami comercializado de la emigración. El creador se regocija en la confección de barrocas especificaciones en las que se injertan de forma frecuente breves y también inusuales símiles que enriquecen la narración con sexys y briosas imágenes comparativas. Una gran parte de la novela se regodea en un riguroso retozo intertextual con individuos de otras novelas de Rubio tal como de otros que vienen de contenidos escritos de Severo Sarduy y Lezama Lima, sin excluir técnicas y especificaciones mágicas o fabulosas muy propias del profesor del Realismo Mágico, Gabriel García Márquez. Orisha es, en su integridad, un lúdico ensayo artístico que sostiene el interés del lector de principio a fin al tiempo que lo desafía a examinar los distintos vínculos que la unen a la polifacética cultura cubana.