Océano mar (Panorama de Narrativas nº 414)

Hace varios años, en la mitad de algún océano, una fragata de la marina francesa naufragó. 147 hombres procuraron salvarse subiendo a una gran balsa y confiándose al mar. Un horror que duró días y días. Un excelente ámbito en el que se presentaron la peor de las atrocidades y la mucho más dulce de las piedades. Hace varios años, a riberas de algún océano, llegó un hombre. Lo había llevado hasta allí una promesa. La posada donde se paró se llamaba Almayer. Siete habitaciones. Extraños pequeños, un pintor, una mujer muy, muy bella, un instructor con un extraño nombre, un hombre enigmático, una chica que no deseaba fallecer, un sacerdote cómico. Todos estaban allí intentando encontrar algo, de manera equilibrada sobre el océano. Hace varios años, estos y otros sitios hallaron el mar y volvieron marcados. Este libro enseña el porqué, y escuchándoles se escucha la voz del mar. Se puede leer como una historia de suspense, como un poema en prosa, un conte philosophique, una novela de aventuras. En todo caso, domina la alegría colérica de contar historias por medio de una escritura y una técnica narrativa sin modelos ni antecedentes ni profesores. El tono de "Océano mar" no posee comparación viable en la narrativa italiana, por la ascensión fabulosa que no conoce pausas, por la gama emotiva que proyecta. De hecho, se pasa de la ironía mucho más atrevida a la melancolía mucho más profunda, de la comicidad mucho más sangrienta al pathos mucho más comprometedor y menos patético. Esta novela, donde abundan ecos y alusiones Conrad y Melville, Joyce y Beckett, Valery Larbaud y Perec, el Schumann de las variantes y La balsa de la Medusa de Géricault es la indiscutible confirmación de un talento original, con la capacidad de inusuales sabidurías literarias y de nuevos abandonos. Al paso que Seda se encontraba construida siguiendo un único registro estilístico, en "Océano mar" se usan una extensa variedad de técnicas: «a cada historia debe corresponder una música especial», en expresiones del narrador y musicólogo Baricco.