La novia de la rosa roja (Las joyas de Kinfairlie nº 2)

Mucho más apreciadas que el oro son las Joyas de Kinfairlie, y solo los mucho más dignos tienen la posibilidad de pelear por su amor… El señor de Kinfairlie tiene hermanas solteras, todas las que es una joya por derecho propio. Y él no posee mucho más antídoto que verlas casarse a toda prisa.

Como una heroína en un cuento viejo, Vivienne aguardaba en la cámara mucho más alta de la torre de Kinfairlie a su apasionado predestinado. En la obscuridad, él vino a procurarla, envuelto en una cubierta y con la cabeza cubierta a fin de que ella no le viese la cara. Él la amaba dulcemente, totalmente… y Vivienne sabía que había encontrado su destino. Pero a la luz de la mañana, su sueño se hace añicos. Erik Sinclair de Blackleith no es un héroe romántico, sino más bien un guerrero desheredado que organizó su secuestro para recobrar su legado.

Indignada por la insistencia de Erik de que la precisa únicamente para engendrar un hijo, pero atrapada por la pasión que él lúcida, Vivienne se percata de que hay mucho más mérito en su guardado cónyuge de lo que él aceptaría. Erik se expone escéptico frente a la creciente fe de ella en su honor y su deseo de recobrar su derecho de nacimiento robado… Poco sospecha que la extraña joya que tiene por novia tiene la intención de atrapar su corazón asimismo protegido.

Esta es una traducción al español neutral de América Latina.