La nochevieja de Montalbano (Comisario Montalbano 6)

Una palabra fuera de tono, un ademán descontrolado, un aspecto incongruente, detectados con una percepción mucho más que aguda en la cadena de absurdos de la vida diaria, alcanzan para poner en movimiento la máquina de investigación del comisario mucho más popular de Sicilia.

Sexta distribución de la serie del entrañable personaje desarrollado por Andrea Camilleri.

Los cientos de leyentes que la pasan bien con cada libro de Salvo Montalbano, el entrañable personaje desarrollado por Andrea Camilleri -el creador mucho más leído de Italia-, hallarán esta vez una sucesión de cuentos en los que el peculiar comisario siciliano, sabio intérprete del arte de vivir, se sobrepasa a sí mismo.

Así, los crímenes y delincuentes que se someterán al eficaz escrutinio de Montalbano son tan heterogéneos y extraños como esa vieja pareja de actores que interpreta un fúnebre libreto en la privacidad de su dormitorio, aquel juez torturado por la iniciativa de que su estado de ánimo influya en la ecuanimidad de sus errores, o esa mujer cuya lealtad es doblegada a votación habitual a través de avisos colgados en los muros de su pueblo. Y para coronar esta entretenida compilación, en el relato que da título al libro podemos encontrar a Montalbano a puntito de festejar la Nochevieja, sumergido en un fuerte ataque de melancolía tras la enésima «discrepancia» con Livia, su eterna novia genovesa. La única luz de esa día obscura podrían ser los inenarrables arancini de Adelina, su asistenta, única persona en este planeta con la capacidad de editar estas croquetas sicilianas en un genuino manjar de los dioses. No obstante, para lograr entrar a este festín, Montalbano va a haber de probar antes la inocencia de entre los hijos de Adelina.

Desde la mañana de un día lluvioso, en el momento en que antes de tomar el café se pone de un humor sombrío como la tinta, hasta la medianoche en el momento en que, fatigado, conducehacia su casa de Marinella mientras que se agrada en el aguardado disfrute de una hora de fría soledad en su pequeña terraza a riberas del mar, Montalbano exhibe esa mezcla de sabiduría de vida y valor que todos quisiéramos tener.