La noche oscura del alma (Palabras bajo el viento de Dugalia nº 3)

La rueda de Eternia prosigue virando.
Las huestes de Beriakorz avanzan cada día, irrefrenables, extrañas a la guerra que consume al reino de Alaria y empujando al reino de Dralin hacia un abismo poco a poco más arriesgado. La traición corroe el corazón del Imperio Carmesí. Los cirios de los temibles navíos nórdicos vuelven a caminar los mares con el saqueo como único propósito. Los últimos teaghami establecen cara a los guerreros de Yara la obscura…
Y Durnan, quizás cada días un poco más cerca, quizás cada días un poco más lejos de su propósito, sigue en su viaje hacia Viastin, la localidad que jamás existió.

Durnan Pelofuego, Cora, Hovik, Alhazred, Mesala, Sikelia, Yara y Urslingen, Corvix y Arliss, Dan, Anthon de Dralin, Trig Yakobstad, Elliabel… El destino de todos ellos semeja a puntito de padecer una radical transformación frente a la próxima vuelta de la rueda de la Diosa, la única que es eterna. La única que continúa.