Némesis (Harry Hole 4)

«EL REY INDISCUTIDO DE LA NOVELA NEGRA» (El Planeta),

CON 50 MILLONES DE LECTORES EN 50 IDIOMAS,

NOS PRESENTA AL DETECTIVE HARRY HOLE EN SU CUARTO CASO.

Las cámaras de videovigilancia de un banco captan de qué manera un atracador dispara a bocajarro a la cajera tras un extraño trueque de expresiones. El detective Harry Hole se va a hacer cargo de la investigación, con el apoyo de Beate Lonn, entre las estudiosas mucho más desconcertantes del cuerpo de policía, con la capacidad de detectar aspectos faciales considerablemente más veloz que cualquier programa informático, pero inútil de desplazarse en sociedad.

Todas y cada una de las pesquisas remiten a Raskol Baxhet, un legendario atracador de etnia gitana. No obstante, es realmente difícil que sea el culpable pues cumple condena en prisión. Y, mientras que los robos se suceden cada vez con mucho más virulencia, Harry se mete en líos. Una mañana amanece en su piso con una resaca horrible que le hace rememorar viejos miedos. La noche previo había quedado con una vieja novia que hace aparición fallecida. Él es el primordial sospechoso, salvo que consigua aclarar qué hizo a lo largo de esas últimas horas de las que no recuerda nada. ¿Hay alguien presto a tenderle una trampa y culparle de la desaparición de Anna? ¿De qué forma atrapas a un asesino en el momento en que tú eres el primordial sospechoso?

En Némesis, la cuarta novela interpretada por el atormentado detective Harry Hole, este deberá atravesar la línea que divide lo legal de lo ilegal para solucionar unos crímenes que no son lo que en un comienzo parecían. Adjuntado con Petirrojo y La estrella del demonio, forma el «Tríptico de Oslo».

Críticas:
«Una historia de venganza con inmensidad de giros y con bastante humanidad para no llegar al desquiciamiento. Una pieza maestra.»
Time Out

«Un ritmo diabólico [...]. Múltiples giros argumentales indudablemente sensacionales y un final de escalofrío. Enormemente aconsejable.»
The Guardian

«Nesbø ha fabricado un policía impresionante. Probablemente el más destacable de los últimos tiempos. Tan justo, enfermizamente justo, como imperfecto. Un lobo estepario. Lleno de aristas y defectos. Humano hasta el cansancio.»
El Planeta