Nana para Dormir un lobo (I): África Austral (Nana para Dormir a un Lobo nº 1)

“Por el momento no confiaba en la vida del granjero. Una vida apacible, de trabajo duro pero fructífero. Una vida frágil como la lona de araña. Bastante frágil para esos tiempos y sitios en los que la tierra se encontraba plagada de monstruos humanos. Buitres sucios y violentos como las hienas, prestos a lanzarse sobre cualquier persona que considerasen mucho más enclenque.
Deseaba poner el desierto y las montañas por el medio. Pensaba que si utilizaba el país entero como escudo me resguardaría de la sombra del Cobijo de Nigel. Se encontraba convencido de que hallaría lo que precisaba en el otro radical de Suráfrica. Pensaba que el último bastión civilizado haría honor a su apellido, dándonos a todos la promesa que procurábamos. La promesa de ser de nuevo lo que habíamos sido, de ser aun mejores que antes. La promesa de ser algo mucho más que los sobrevivientes de la Peste. Tardé un buen tiempo en darme cuenta de la realidad mucho más horrible de todas y cada una.
Nosotros éramos la Peste.”
Hans L. K.