Nadie es lo bastante bueno: Su sangre fría evitó una catástrofe mundial

Nos encontramos frente a un thriller en el que la acción no degenera en instante alguno. Los individuos actúan dejando ver sus sentimientos y conmuevas en una trama donde los inconvenientes del presente no tienen la posibilidad de resolverse ajeno de viejas historias que se remontan hasta años, décadas, atrás.
Semeja que el desenlace está expuesto en la primera página y, no obstante, la aptitud de sorprendernos no va a abandonarnos hasta la última. Nada es simple, ni si desee lo que aparenta serlo.
Ramón Mayoral recibe un encargo irrealizable de efectuar: debe poner según las cinco superpotencias mundiales en un enfrentamiento donde sus intereses son antagónicos. Solo tiene su sangre fría y un conocimiento profundo de la Teoría de Juegos. El reto es lograr la estabilidad de Nash y hallar que todas y cada una de las partes consigan un resultado bastante.
Nuestro personaje revela que es imposible desplazarse en la guerra sucia sin practicarla y que, en un planeta de tiburones hambrientos, para subsistir, absolutamente nadie puede ser lo suficiente bueno.