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Este artículo es un violento golpe para la disputa política, un genuino acto de rebeldía, pues la rebeldía no está en las ideologías y utopias, sino más bien en combatir a los poderes que ahogan la independencia.
“Jamás hubo un planeta especial. Y jamás lo va a haber.
Jamás hubo una sociedad especial. Y jamás la va a haber.
Jamás hubo un Hombre especial. Y jamás lo va a haber.
Cualquier utopía es una aberración de el intelecto y está fundamentada en una superstición. Absolutamente nadie puede imaginar un planeta especial en que todas y cada una la gente fuesen completamente espléndidas. Sería un planeta designado a la inmovilidad, al cero. De la misma manera que tampoco cabe imaginar una distopía donde todo el planeta actúe comandado por la maldad, como pretendía Sade, ya que ese planeta estaría abocado a la destrucción (la utopía comunista es lo mucho más similar).
Todas y cada una de las utopias vulneran 2 principios básicos: el principio de situación y el principio enserio.
Una utopía es, por definición, algo que no existe
“Jamás hubo un planeta especial. Y jamás lo va a haber.
Jamás hubo una sociedad especial. Y jamás la va a haber.
Jamás hubo un Hombre especial. Y jamás lo va a haber.
Cualquier utopía es una aberración de el intelecto y está fundamentada en una superstición. Absolutamente nadie puede imaginar un planeta especial en que todas y cada una la gente fuesen completamente espléndidas. Sería un planeta designado a la inmovilidad, al cero. De la misma manera que tampoco cabe imaginar una distopía donde todo el planeta actúe comandado por la maldad, como pretendía Sade, ya que ese planeta estaría abocado a la destrucción (la utopía comunista es lo mucho más similar).
Todas y cada una de las utopias vulneran 2 principios básicos: el principio de situación y el principio enserio.
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