La Mentira, el Relativismo y la Posverdad

Los sofistas apostaron a la iniciativa de que la relación entre lenguaje y situación es únicamente usual. Iban aun mucho más lejos, sacrificándose por enseñar lo relativo de todas y cada una de las cosas, aun de la realidad. Si lo que el día de hoy se dió en llamar posverdad tiene un origen y unos antecedentes, hay que procurarlos en estas viejas prácticas del alegato, a las que no fué extraña la raza humana. El advenimiento de la posverdad es la consagración de estas ideas. El término de la posverdad nace como la puesta en práctica, la vulgarización y el abuso de la relativización teorética de la realidad. La posverdad no inaugura el objetivo de la democracia, pero sí representa el objetivo de la idealización de la democracia como un sistema especial y viene a ser su justa representación como un sistema cargado de ambigüedad y contradicciones. Resumiendo, la posverdad es mucho más un "signo de nuestro tiempo" que un inconveniente. Pero si tras todo se concluye que hay una patología, el diagnóstico no basta: se debe tener precaución con la cura, no vaya a ser peor que la patología diagnosticada, como sucedió en tantas ocasiones.