Memorias de un primate (Entrelineas)

En la tradición de Jane Goodall y Dian Fossey, Robert Sapolsky, entre los divulgadores científicos mucho más reconocidos hoy en dia, cuenta la impresionante historia de de qué forma dejó las comodidades de la facultad para comunicar a lo largo de mucho más de 2 décadas su trabajo de campo con una tropa de traviesos babuinos en la sabana africana. Solo un joven idealista podía arribar en el corazón de Kenia aguardando localizar ahí una versión animada de lo que había visto y estudiado hasta el momento en el Museo de Ciencias Naturales de Novedosa York.

Memorias de un primate combina serias visualizaciones científicas con comentarios irónicos sobre los retos y bienestares de la vida en la selva del Serengueti. Sapolsky sigue con vida a crueldades de cocina y surrealistas encuentros a punta de pistola, mientras que da buena cuenta de la invasión de la forma de pensar turística en los vestigios mucho más recónditos del África virgen.

A lo largo de su investigación sobre las modificaciones en el sistema inquieto de los primates enfrentados a ocasiones de agobio, se conquista perdidamente de estos animales, a primer aspecto violentos y bastante secos, y vuelve a ellos verano tras verano. Apartado en la sabana, sin luz y sin agua, pero con el humor y la curiosidad siempre y en todo momento bien preparados, Sapolsky se transforma en un agudo espectador de la fauna animal y humana del sitio.