La memoria del agua: El balneario se encontraba bajo el agua… pero eso ella no lo sabía.

Tras la desaparición de su madre, Álvaro de Liso halla entre sus pertenencias una carta y una vieja fotografía llamadas a cambiar su historia. Nos encontramos en 1988 y la única pista para saber qué es lo que significan es el nombre que hace aparición en ella: Balneario de La Isabela. ¿Existió ese sitio o hablamos de una historia de historia legendaria? La única persona que puede asistirle es una anciana llamada Querida Montemayor, cuya familia estuvo enlazada al balneario. La charla entre los 2 va a ser una vuelta al pasado. Al de los dos.

El Balneario de La Isabela fue construido en el siglo XIX por Fernando VII en honor a su mujer, Isabel de Braganza. Próximamente fue bautizado como Real Ubicación, transformándose en el sitio de recreo preferido de la nobleza y la alta burguesía de españa y europea. Pasó el tiempo y las considerables fiestas, los bailes de etiqueta, el lujo y el esplendor de los contentos años veinte, hicieron de La Isabela el paraíso de varios, pero todo cambió en el momento en que un bañista apareció fallecido en la salón de inhalaciones. Desde ahí se va a ir cuajando su maldición.

Reconvertido a lo largo de la guerra civil en psiquiátrico, sus paredes encerraban varios misterios que han quedado sumergidos bajo el pantano de Buendía en 1955. O quizá no. Quizá Querida loss guardaba aguardando a la persona con la que debía compartirlos.

La verdad y la ficción se asocian en La memoria del agua ofertando al lector un planeta de pasión, intriga, amores prohibidos, homicidos… en La Isabela, el balneario que desapareció bajo las aguas.
RTVE ha producido una miniserie fundamentada en esta novela, asimismo llamada La memoria del agua.