La melancolía del cristianismo: ¿Una teología heterodoxa?

La melancolía ha cautivado muchas psiques durante la historia, en especial las de esos que se plantearon ver y entender la naturaleza humana. De este modo, desde Aristóteles hasta Oscar Wilde, pasando por Guardini y Dante, la lista de pensadores que ha abordado esta cuestión es innumerable. Consecuentemente, son incontables asimismo las interpretaciones de ella: a veces se ha concebido como virtud, en otras ocasiones como condena y, en ciertos casos, aun como patología.

De entre todas y cada una estas lecturas, ¿de qué manera entender cuál es la mucho más acertada? Esa es el interrogante a la que responde Antonio Ríos en esta obra llena de citas que aportan una casi inexpugnable solidez a sus razonamientos. Una obra donde el creador nos destapa la angosta relación entre el alma del hombre y la melancolía y nos enseña de qué forma fué el cristianismo el que mejor ha conocido interpretarla.

Con todo, el cristianismo de hoy, imbuido del espíritu moderno, ha rechazado la melancolía, renunciando de esta manera a su ser. En su rincón ha entronizado una alegría infantil, una visión rosa bombón de la vida caracteristica de tontos que no avisan una verdad fundamental: que la alegría que quieren con ardor no la encontrarán en este planeta.