Mayo del 68: Por la subversión permanente

Cincuenta años tras Mayo del 68, la situacion se reabre. El planeta ha cambiado sensiblemente desde aquel año de separación, pero los políticos se posicionan nuevamente en frente de los hechos del Mayo francés, que unos tratan de desempolvar y otros eligen sepultar.

«Nos agrade o no, todos somos hijos del 68. Y como todos y cada uno de los hijos, disponemos el derecho, aun el deber, de cuestionar el legado recibido. Sin jugar a ser guardianes de museo. Ni cazadores de brujas.»
Raphaël Glucksmann, del prólogo a esta edición nueva

¿Por qué razón agredir Mayo del 68 en el siglo XXI? ¿Por qué razón regresar a un caso archivado en un instante en que hay temas mucho más graves, inconvenientes mucho más urgentes? El espíritu de Mayo del 68 perdura, y esto quedó patente en esta reflexión a 2 voces donde André y Raphaël Glucksmann, padre y también hijo, 2 personalidades sólidas, libres y correspondientes a diferentes generaciones, discuten sobre «qué una parte del 68 hierve, actúa y vive aún en 2008».

Diez años después, Raphaël reanuda la charla.

«Siento la necesidad, tanto el día de hoy como hace diez años, de proteger los derechos y las libertades que nos legó el 68 [...]. Y no obstante, aún mucho más que hace diez años, siento la necesidad de cuestionar ese legado. Si bien no dejo de hacerme cuestiones y este libro debería poder proseguir enriqueciéndose, escribiéndose, mi padre por el momento no está aquí para hablar conmigo. En consecuencia, prosigo opinando a solas de lo que nos une y de lo que nos diferencia.»