Material inflamable

Richard Lloyd vivió en carne propia entre las temporadas mucho más fértiles y convulsas de la historia del rock. Desde una serie de recuerdos, traumas, vivencias al máximo y pensamientos entre soñadores y surrealistas en forma de intensos fogonazos, el mítico guitarrista y principal creador del conjunto Television da buena cuenta de la gestación de de los mejores discos de rock de siempre: el seminal  Marquee Moon  (1977), cuyo diálogo-guerra de guitarras con Tom Verlaine marcó un antes y un después en la crónica de la música habitual. En estas páginas arrebatadas, asimismo se reviven instantes escenciales de la escena musical de finales de los setenta, como el apogeo del mítico club neoyorquino CBGB —un antro cuya programación Lloyd animó en lo personal y que dio sitio a los primeros recitales de los Ramones, Blondie, Talking Heads o los propios Television— y encuentros memorables con Jimi Hendrix, Keith Moon, Buddy Guy, John Lee Hooker, Keith Richards o Led Zeppelin.
Pero  Material inflamable  es considerablemente más que una autobiografía musical al empleo. Lejos de ponerse un límite a relatar la manida tríada de sexo, drogas y rock and roll, Lloyd asimismo enseña su temprana experiencia con la disparidad y sus muy, muy duros internamientos en los pisquiátricos norteamericanos de los años sesenta, su fascinación por la guitarra como medio de expresión y trascendencia, y un anhelo espiritual sobrecogedor que lo llevó a crear un pensamiento mágico con el que ponerse en contra a lo usual y anodino. Todo ello compone unas memorias originalísimas, profundas, directas y también hilarantes que evocan en un registro entre la oralidad y la urgencia una vida marcada a fuego por la música.