Más espacio del que soñamos

Desde el Château Jota Prullansky, donde la Tierra hace de luna, una carta se redacta con melancolia y promesa. Al lado de esta, diecinueve cuentos entretejidos en un reciente fix-up. Nuevos campesinos en el valle de Colchagua. Exoarqueólogos preocupados por sus descubrimientos. Un sacerdote a las afueras de la ciudad más importante tratando entender los límites de lo desarrollado por la ciencia. Un imam en un desierto mucho más próximo de lo que semeja. Una gigantesca arcoclínica donde la gente aguardan recobrar partes perdidas. Una distopía un poco utópica, una ucronía mucho más bien irreparable. Melancolías de mujeres y hombres del espacio, tan extendido, tan vacío y, no obstante, tan lleno de retratos y respuestas.

“Mucho más espacio del que soñamos”, de Leonardo Espinoza Benavides, es un reciente fix-up de ciencia ficción, de aquella vertiente especulativa y elogiable de la literatura fabulosa que invita incesantemente a la cocreación entre creador y lector.