La luz del silencio

La idea de este artículo que nos da Adriana, es que venimos a este planeta para ser contentos, que nos encontramos dotados de el intelecto y de la intención primordiales para lograr nuestro máximo potencial y tener una vida plena. La vida está llena de instantes en los que debemos volar a ciegas, en donde somos como un conduzco que precisa confiar en sus instrumentos. En el momento en que hay que atravesar periodos de neblina y turbulencia debemos confiar en nuestro radar espiritual para salir adelante.
La autora nos relata su historia y nos ofrece sus puntos de vista basados en sus opiniones y medites espirituales con la intención de contribuir a quienes se vean en una situación afín a la de ella. Nos comenta como su niñez fue muy feliz y de qué manera su situación auditiva jamás fue un obstáculo merced a su fuerza de intención y acompañamiento incondicional de sus conocidos cercanos. Con el pasar de los años se le fueron presentando otros inconvenientes por los que debió cambiar su modo de vida y sus hábitos, de realizar lo que mucho más le agradaba, hasta el momento en que se resolvió a salir adelante y no dejarse desmoronar.