No es lugar para mujeres: La historia de las doctoras que dirigieron el hospital más extraordinario de la primera guerra mundial (El Tiempo Vivido)

Las doctoras británicas Flora Murray y Louisa Garrett Anderson lo dejaron todo en el momento en que reventó la primera guerra mundial, introduciendo su pelea activa por el derecho al voto de la mujer, para moverse a Francia donde hicieron 2 pequeños centros de salud militares. Más allá de que en su país las mujeres no podían atender a hombres, sus habilidades médicas y organizativas resultaron ser tan increíbles que, en 1915, el Ministerio de la Guerra les solicitó que regresaran a Londres y pusiesen en marcha un nuevo hospital militar en un colosal y viejo hospicio descuidado en la calle Endell de Covent Garden.

Lograron lo irrealizable. Hicieron y dirigieron un hospital de 573 camas cuyo personal se encontraba formado de forma exclusiva por mujeres: médicas, cirujanas y enfermeras. A lo largo de los próximos 4 años, han recibido a 26.000 heridos y desarrollaron técnicas absolutamente novedosas con las que lidiar con las horripilantes lesiones de los morteros y el gas que padecían los soldados. Y en el momento en que la guerra se encontraba finalizando y apareció la epidemia de la gripe de españa, el hospital cerró sus puertas y Flora, Louisa y todas y cada una de las mujeres de su equipo fueron nuevamente marginadas en el momento de ejercer su profesión: se les volvió a decir que aquel no era rincón para mujeres.

La historia del hospital de la calle Endell nos ofrece tanto una visión primordial de los horrores y amenazas que padeció Londres a lo largo de la guerra como un con pasión homenaje a la valentía de un increíble conjunto de mujeres.