La Liga De Los Pelirrojos

En la historia que tiene sitio en 1890, un prestamista londinense llamado Wilson, un hombre con "pelos muy colorados", visita a Holmes y Watson. Les afirma que su joven usado, Vincent Spaulding, le había enseñado un aviso que daba trabajo a alguien con pelo colorado en algo llamado "la Liga de los Pelirrojos" y le había dicho que se presentase para llevar a cabo una entrevista. Por la mañana siguiente, Wilson había aguardado en una cola llena de pelirrojos, fue entrevistado y fue el único candidato contratado, pues ninguno del resto aspirantes tenía un pelo tan colorado como el de Wilson. Le pagaban bien, 4 libras por semana, únicamente por copiar la Enciclopedia Británica en una oficina solitaria, pero una mañana sin previo aviso apareció un letrero en la puerta clausurada de la oficina que rezaba "Quedó diluida la Liga de los Pelirrojos". Entonces Wilson fue al dueño de la vivienda, quien mencionó que jamás había oído charlar de la Liga de los Pelirrojos, ni de Duncan Ross, la persona que representaba allí a la liga y actuaba como jefe de Wilson. Pero el dueño recordaba el aspecto del señor Ross y le dio una dirección que llevó a Wilson a una factoría de rodilleras artificiales. Él termina la historia señalando lo fallido que se encontraba por perder las 4 libras por semana. Holmes y Watson se ríen un tanto por lo absurda que es la situación, pero Holmes afirma que para el primer día de la semana la situacion estaría resuelto. Una vez que el cliente de Holmes, Wilson, se marcha (habiéndole dado primero al detective una descripción de Spaulding), Holmes escoge ir a conocer a Spaulding, a quien Holmes se fija que tiene las rodillas de los pantalones descuidadas. Entonces Holmes, con un concepto en la cabeza, da golpecitos en el suelo de la acera en frente del local del prestamista. Con la situacion resuelto, se marcha a percibir a Sarasate, que toca en Londres