Las playas del espacio

seguramente no es casual que sean trece las narraciones reunidas en este libro. Trece cuentos expepcionales que exploran el borde resbaladizo de la disparidad y hasta la exceden, transformándola en una espeluznante pesadilla por medio de hechos fabulosos y también incomprensibles. Un planeta donde el horror inenarrable es lo habitual y donde la tenebrosidad del espacio actúa en la cabeza de los hombres. Un tiempo en el que criaturas de poderes espantosos y extraterrestres tienen la posibilidad de supervisar a los humanos, y estos hacer seres que escapan a su control.

Hablamos de cuentos que Matheson escribió a la temporada en que él mucho más asiduamente cooperaba en gacetas de ciencia ficción, y muestran ahora varios de los temas y tratamientos que harían de «Soy historia de historia legendaria» una de sus proyectos mucho más rompedoras y también impresionantes. Indudablemente, la mucho más habitual de estas narraciones es «Acero puro», un relato elíptico, tenso y rico que, tras transformarse en un capítulo de la mítica serie The Twilight Zone, fue llevado a la enorme pantalla. Basado en un exboxeador en un tiempo en que este deporte está contraindicado y solo se autorizan combates entre robots, el personaje principal se transforma en promotor y, tras un sonado fracaso, su intento por regresar a vencer coincide con el hallazgo de que tiene un hijo del que no sabía nada, pero que le va a ayudar a hacer su sueño.

Una fantasía mágica y una extraña imaginación inspira todos estos cuentos de inolvidable vigor y con un final inesperado, en los que se siente precisamente y en su pluralidad, la capacidad, la brillantez y el heterogéneo talento narrativo del creador.