Juicios de Estado: LA LEY Y LA DECADENCIA DE LA POLÍTICA

En las últimas décadas las democracias de todo el planeta han acusado cierto anquilosamiento. Frecuentemente la ley y la política se perciben como extrañas y las cámaras legislativas, congresos y parlamentos, tienen adversidades para conseguir acuerdos. Además de esto, con frecuencia los tribunales anulan las resoluciones tomadas por los representantes escogidos.

Frente a la sepa de mandatarios políticos eficientes, se ha tendido a recurrir a los tribunales para solucionar cuestiones políticas y morales. No obstante, los errores que logren producir los tribunales supremos de países democráticos, o nuestro Tribunal de Estrasburgo, solo dejan zanjar provisionalmente los debates libres, ya que las sentencias no apaciguan la división popular ni las situaciones encontradas que desarrollan estos debates. Mucho más bien al revés, la sepa de compromiso democrática de los jueces lleva a la radicalización. Y, particularmente, la extralimitación de los jueces, en el momento en que lo que está en juego son los derechos humanos, no puede compensar las deficiencias de la política.

En este artículo, que nace en el seno de las Charlas Reith 2019, emitidas por la BBC, Jonathan Sumption mantiene que llegó el instante de devolver ciertos inconvenientes al campo político en labras de la salud de nuestras democracias.