Juego, luego existo: Escribir el deporte

4 décadas deporte local y mundial contados y analizados por el periodista mucho más respetado y respetado.

A diez.000 km de distancia de La capital de españa, donde radico, un periodista me convoca desde hace unos años. Resulta alentador el acercamiento con Fernández Moores y sus columnas. Aun en las pocas ocasiones que no coincido con su opinión, lo leo con gratitud, primeramente por el respeto con el que trata a los que leen. Sus críticas son firmes, pero no dogmáticas. Su interés por los datos es tan importante como su desinterés por la demagogia. Su estilo, sucinto y contundente, desecha la oratoria a favor de una claridad admirable. Sus columnas no recrean, requieren. Necesitan que el lector abandone el confort y reflexione sobre un planeta que en varios puntos marcha claramente mal.

Fernández Moores redacta en las páginas de deportes, pero su pulsión periodística es universal. Trata el deporte, y principalmente el fútbol, con la responsabilidad que merece, cualidad poco a poco más infrecuente. Para Ezequiel Fernández Moores el fútbol, el deporte por norma general, es un tema realmente serio. No se confunde. Tampoco se confunde en el momento en que nos transmite sus intranquilidades con estilo y rigor. No conozco un periodista latinoamericano que cultive mucho más y mejor los datos en sus columnas. Su trabajo no es sencillo. Fernández Moores considera, con razón, que se está quitando el fútbol a la multitud, al pueblo liso, y que se está usando a la multitud con objetivos poco confesables. En sus columnas asoma el cariño por un juego fantástico y su rechazo a todas y cada una de las maneras de corrupción, crueldad y engaño que habitan en el fútbol.

En una temporada de regresión crítica y falsedades asimilables, Fernández Moores nos recuerda el papel del periodismo como elemento fundamental de contrapoder.

La intensidad de su relevancia actúa en el trascendente valor de su trabajo. Fernández Moores consigue el pequeño milagro de conectar la mirada milimétrica del entomólogo con una visión universal del deporte. Es una característica de enorme periodista, de periodista preciso, entre los pocos que convocan a su audiencia sin importar lo más mínimo localidad, país o conjunto de naciones.
Santiago Segurola