Jai-Vita

Precisamente, el año treinta de nuestra era.
El joven Gayo Decio Valerio, tribuno de la Décima legión Fretensis, termina de llegar a Jerusalén para entrevistarse con el prefecto de Judea, Poncio Pilatos. Lo ignora, pero desde ese instante la vida le proyectará del otro lado del espéculo. Inmerso en un ambiente hostil, Valerio madura entre fanatismos de toda índole y de esta forma efectúa su especial viaje de iniciación por medio de la amistad, el cariño, el odio y el mal.
La acción avanza durante unos ocho meses y en sitios que van desde Palestina a la bahía de Nápoles o Roma. Tanto los individuos históricos: Tiberio, Pilatos, Jesús, Judas, Barrabás, Esteban o María de Magdala, como los que son de ficción, se desenvuelven en un ámbito explosivo y tenso. No obstante, a ellos les hacía falta la visión del tiempo. Vivieron de todos modos sin acertar que eran personajes principales y presentes privilegiados de hechos expepcionales. En este momento, querámoslo o no, aceptamos que lo que sucedió entonces nos marcó para toda la vida.
Jai-Vita no va a favor ni en contra. No hay respuestas ni elucubraciones místicas