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Cine que no debes ver, lo puedes leer.
“EL HOMBRE QUE LA PUDO LIAR PARDA “
Una película muy cara de realizar, pero muy económica de leer.
A lo largo de la década de los sesenta, España tuvo la aptitud técnica de crear un arma nuclear merced a los proyectos misterios que el dictador pergeñó a escondidillas estadounidense
Fue entre los sueños misterios de Franco. A lo largo de 2 décadas, aun tras
su muerte, este país estuvo flirteando con el arma mucho más letal construída por el hombre: la bomba atómica. El día de hoy, con lo que ha llovido (lluvia habitual, no radioactiva) desde la creación de la Junta de Energía Nuclear (JEN) y del hallazgo de la radiactividad, llama la atención lo cerca que estuvimos de ser una capacidad nuclear.
En 1963, el entonces directivo de la JEN, el ingeniero y almirante de la Armada José María Otero Navascués, encargó una investigación sobre las opciones reales que tenía este país de crear una bomba atómica sin alertar a la red social en todo el mundo. Esta compromiso recayó en el catedrático de Física Nuclear y general de Aviación, Guillermo Velarde. Los primeros desenlaces fueron un fiasco. Los expertos del JEN (todos militares) se presentaron inútiles de enfrentar los datos profesionales para la fabricación del aparato y, más que nada, de qué forma conseguir el plutonio preciso. Lo demás es historia, nuestra historia…….
“EL HOMBRE QUE LA PUDO LIAR PARDA “
Una película muy cara de realizar, pero muy económica de leer.
A lo largo de la década de los sesenta, España tuvo la aptitud técnica de crear un arma nuclear merced a los proyectos misterios que el dictador pergeñó a escondidillas estadounidense
Fue entre los sueños misterios de Franco. A lo largo de 2 décadas, aun tras
su muerte, este país estuvo flirteando con el arma mucho más letal construída por el hombre: la bomba atómica. El día de hoy, con lo que ha llovido (lluvia habitual, no radioactiva) desde la creación de la Junta de Energía Nuclear (JEN) y del hallazgo de la radiactividad, llama la atención lo cerca que estuvimos de ser una capacidad nuclear.
En 1963, el entonces directivo de la JEN, el ingeniero y almirante de la Armada José María Otero Navascués, encargó una investigación sobre las opciones reales que tenía este país de crear una bomba atómica sin alertar a la red social en todo el mundo. Esta compromiso recayó en el catedrático de Física Nuclear y general de Aviación, Guillermo Velarde. Los primeros desenlaces fueron un fiasco. Los expertos del JEN (todos militares) se presentaron inútiles de enfrentar los datos profesionales para la fabricación del aparato y, más que nada, de qué forma conseguir el plutonio preciso. Lo demás es historia, nuestra historia…….
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