Has cubierto mi desnudez (Espiritualidad nº 326)

Un libro en el que se nos enseña a vivir sin evaluar y sin tener temor. Un libro que aborda lo que nos abochorna, lo que no se ajusta a la imagen de Dios en nosotros. Un libro para vivir en independencia, después de las huellas de los enormes individuos bíblicos cuya desnudez real, ética o sicológica fué cubierta por túnicas, mantones y paños de lino: formas "textiles" de la clemencia sin límites de Dios.

La descripción que hace la Biblia del Dios que está con la vergüenza humana no es la del que condena o acusa, sino más bien la del que restaura. Al revestir a Adán y Eva con túnicas de piel tras la caída, los rehabilita, cubriendo lo que no se se ajusta a su imagen y semejanza.

Pero esa no va a ser la única vez que Dios nos dé una túnica para contemplar cuanto nos sonroja. Jesús, en la revelación suprema de la cruz, nos deja una túnica sin costuras, que no va a ser rasgada. Es la herencia que, cubriendo nuestra culpa, nos devuelve la plena condición de hijos amados con inocencia sin fin.

Siguiendo el hilo de las túnicas de distintas tejidos que se muestran en toda la Biblia, Anne Lécu lleva a cabo una novedosa y frágil teología de la felicidad y de la compasión de Dios.