Guzmán de Alfarache y la novela moderna (Bibliothèque de la Casa de Velázquez nº 44)

Reúne este libro quince ensayos aplicados al humanismo reformista de Mateo Alemán, intelectual puesto en compromiso avant la lettre, y centrados en la «poética» subversiva del Guzmán de Alfarache. Desde distintos enfoques (textuales, contextuales, intertextuales), estos estudios reclaman el inconformismo y la modernidad, tanto ideológica como narrativa, de una ficción atalayista que a la trayectoria escencial de una «persona ni buena ni mala» otorga la universalidad de la condición humana. La relectura de la Atalaya que se da aquí obedece a una congruencia novedosa: interpretar la patética «confesión» de Guzmán, no desde la seguridad de su liberación final, sino más bien a la luz de su posible permanencia en las galeras, situación discursiva esta que induce a comprobar no escasas ideas sobre la «poética historia» del galeote-escritor, comenzando por la mediación creativa del lector (de adentro o extraficcional) y la intención de las medites morales que se le dirigen. No en balde este «alegato» va ordenado desde el desenlace de una «fábula» anclada en el deseo de «lograr cierto tiempo independencia». En ese sentido, confortado por el problemático atalayismo áureo y la preceptiva del Pinciano relativa al «fin miserable del poema», la epopeya tragicómica de Guzmán – mezcla menipea de «estilos» a medida de la complicada psicología del personaje – excede con creces los límites del «género picaresco». A evaluar por la apasionada recepción de la obra por Quevedo, Cervantes y Gracián, el Guzmán venía a ser un «libro» rupturista que marcaba un jalón definitivo en la crónica de la novela verdadera actualizada.