Las Guerreras Maxwell, 4. Una flor para otra flor (Medieval / Highlander)

Estar enamorado de la mujer que se quiere olvidar no es algo que el joven y también vehemente highlander Zac Philips lleve bien.

Hace un tiempo, Zac posó sus ojos en Sandra, una muchacha de mirada y pelo castaños que cautivó con su sonrisa. Pero en el momento en que el padre de Sandra murió, sus abuelos maternos las forzaron, tanto a ella como a su madre, a dejar las Highlands, su sitio de vivienda, y regresar a Carlisle, un espacio en el que ninguna de ámbas lograba ser feliz, especialmente cuando sus abuelos se empeñaron en concertarle un matrimonio.

Presto a socorrer a su querida, Zac partió hacia Carlisle, pero al llegar allí se halló con Sandra riendo entretenida con uno de esos ingleses. Ofuscado y con el corazón despedazado, regresó a las Highlands con la intención de olvidarla.

Sin remilgos ni medias tintas, Sandra iba espantando a sus teóricos pretendientes, ganándose de esta manera la enemistad de sus abuelos y, transcurrido el tiempo, cargando con la culpa por la desaparición de su abuela.