Guerras de drones

En el primer cuarto del siglo XXI el reino de España se había desintegrado y todos y cada uno de los territorios, que entonces se llamaban comunidades autónomas, se formaron en países independientes. Próximamente han comenzado a guerrear entre ellos por los elementos, o por teóricos derechos históricos que ciertos adujeron.
El Estado central se había descompuesto, eminentemente, por culpa de políticos corruptos que estaban bajo el mando de la oligarquía financiera. La codicia de esta casta no tenía límites y fue su perdición.
La clase popular precisamente desfavorecida se encontraba compuesta por el ochenta por ciento de la población: millones de desempleados hambrientos y tropas de asalariados con trabajos precarios y mal pagados, que nos les dejaban vivir con un mínimo de dignidad y, un día, llegados al máximo de la opresión soportable, se negaron a trabajar y a ser útil a los opresores. Demandaron un mejor reparto de la riqueza y un sueldo digno universal, que el gobierno de turno les negó. Hubo, además de esto, una huelga extendida indefinida y varios conjuntos disímiles de gentes coléricas se unieron y asaltaron inmensidad de establecimientos comerciales, y el caos se extendió.