Generaciones: edad de la vida, edad de las cosas

Cada generación comparte el destino de su tiempo, recobra el pasado y mira hacia el futuro. La desaparición supone la transmisión de los recursos materiales de una generación a otra, pero asimismo se recibe en herencia un planeta de símbolos y principios que se conserva y se convierte en esta transmisión según la lógica del don y del retorno.

La división tripartita de la vida en juventud, madurez y vejez daba mucho más peso a la madurez, como símbolo de la plenitud de la persona. Pero hoy en día la juventud y la vejez se han dilatado y la madurez ha encogido. Los jóvenes tienden a mantenerse mucho más tiempo en el hogar, los viejos procuran una segunda juventud y de forma frecuente prosiguen siendo productivos tras la jubilación. Asimismo gracias a la crisis del Estado del confort, cambió la trama de la presencia individual y de las relaciones de solidaridad entre las distintas etapas de la vida. Se desgastan los vínculos sociales y la seguridad entre las generaciones. ¿Va a poder establecerse entre ellos un nuevo pacto, mucho más equitativo y con visión de futuro? ¿Cuáles van a ser las maneras de restitución de elementos materiales y también inmateriales -recursos, seguridad, aprecio, autonomía- a las jóvenes generaciones?