Frente al dolor

Bajo incontables formas –agudo, violento, sueco, lacerante, tenaz– el mal estropea el cuerpo y abruma el espíritu. Abunda en la vida del pobre y arruina la del rico. Hace plañir al niño, mutila el cuerpo del joven, marca la cara del adulto y encorva las espaldas del viejo. De la cuna a la tumba, el padecimiento es nuestro insuperable verdugo. Trabajo y exitación, dependencia y independencia, virtud y vicio, amor y odio, todo puede hacernos padecer. El mal pertenece a nuestra condición humana. Podríamos decir que dejamos de ser pequeños en el momento en que descubrimos que el beso de nuestra madre no cura completamente nuestras penas…

Este libro se ofrece ser útil como asistencia para realizar En oposición al mal con dignidad y realismo, evocando varios de los puntos mucho más prácticos de sus facetas sicológica, popular, asistencial, filosófica y espiritual. Para esto, tras una toma de conciencia sobre la dificultad del tema, muestra una secuencia de medites dirigidas a comprender el porqué último del mal y a hacerle frente con sentido. Además de esto, pensando en el lector no profesional, da elementos fáciles para afrontar el padecimiento propio con tranquilidad y el extraño con solidaridad y tacto. Su propósito es contribuir a batallar y a sobrellevar la verdad del mal hasta donde resulte posible.