Francisco de Asis: el más humano de todos los santos (Maestros espirituales)

Al "pobrecillo" de Agarráis (1182-1226) debe la espiritualidad cristiana una inspiración persistente, ya que su agitada vida es tan impresionante como su mensaje expresado con imágenes poéticas, por poner un ejemplo, en el Cántico del Hermano Sol. Empezó siendo el ambicioso hijo de un comerciante de Agarráis y acabó en la pobreza del Evangelio, transformada en su independencia espiritual. Niklaus Kuster cuenta la vida de un beato increíblemente humano: su origen favorecido, las convulsiones existenciales de su juventud, el cambio extremista hasta ponerse a la vera de los pobres, su conjunto poco usual de hermanos, Clara como compañera excepcional y la dolorosa consumación con la "Hermana Muerte". El Evangelio, vivido hasta sus últimas secuelas, inspirador de múltiples acciones, es el centro de la espiritualidad de Francisco: para la solidaridad con los que viven ajeno de la sociedad, para una reforma de la Iglesia desde abajo, para una visión libre de la creación y las criaturas, para la alabanza poética de Dios y para una visión de la fraternidad universal.
Estos impulsos siguen actuando hasta hoy día en los movimientos franciscanos, que han redescubierto su historia y su mensaje. Niklaus Kuster prosigue asimismo estas huellas y demuesta que el "Pobrecillo" es una figura de perenne importancia de hoy.