La fragilidad de las reformas. Segundo semestre de 2013. (Análisis Plural)

En el segundo semestre de 2013 se cumplió el primer año de gobierno del presidente Enrique Peña Nieto, tras lo que es viable detectar un estilo de gobernar que, a decir de los ayudantes de este volumen, dista poco de las prácticas del pri de su antecesor Carlos Salinas de Gortari (1988–1994), donde en lo político se distingue una restauración déspota, al paso que en lo económico sostiene una continuidad en las políticas de corte neoliberal, con la aprobación de las llamadas reformas estructurales. El decidido impulso del Ejecutivo federal a estas reformas fue otra de las fabricantes del periodo de tiempo y para finales del año se habían logrado cerrar las efectuadas en materia didáctica, telecomunicaciones, financiera, hacendaria, político electoral y energética. La primera y la última fueron las que mucho más polémica provocaron, por el rechazo en ciertos ámbitos y movilizaciones para intentar bloquearlas, primero, y revertirlas, después. Ello forzó a la administración de Peña Nieto a recurrir a sus elementos para imponerlas, incluyendo el empleo de la fuerza, con lo que pasó la primer prueba de fuego de su administración, pero dejó un ámbito enrarecido en el país que va a deber gobernar por otros cinco años.