La filosofía como sábado (GS nº 105)

La búsqueda de la realidad es el comienzo de un movimiento de elevación, de distancia, de independencia, de paz. La filosofía, su práctica existencial, es precisamente esa forma de la acción y del amor (del amor a todas y cada una de las cosas por su sentido verdadero). La erudición, la lógica o los métodos son los apoyos ulteriores de este hecho espiritual, el que, como todos y cada uno de los hechos, no posee su origen sencillamente en el hombre, pero pide de este una tensión máxima, un punto máximo de la incomodidad de su corazón. Los ensayos que se poseen en este libro ilustran instantes de filosofía. Su finalidad es la de animar a sus leyentes a traspasar con valentía en determinados contenidos escritos y algunos autores de nuestra muy rica tradición espiritual, sin dejarse intimidar por óbices fingidos (terminología dificultosa, abstracción excepcional, necesidad de una erudición colosal para comprender algo, etcétera.). Para esto se recurre a una exposición apoyada lo mucho más viable en los tradicionales favoritos del creador, entre aquéllos que están Platón, Rosenzweig, Lévinas o Michel Henry.