EURÍDICE Y YO: Rumbo a una democracia inexplorada. 100 ideas y propuestas inéditas.

En medio de una pandemia de la COVID-19, frente a la inusual ocasión de una obligada experimentación masiva a escala mundial de la enseñanza virtual, on-line o a distancia, el creador riza el mito de Orfeo. ¿De qué manera? Conviertiendo al tracio en sigla de ordenación racional y maleable de una educación obsoleta. Invitando a Eurídice, acrónimo de estudiante universitari@ rehén inerme de una docencia insostenible carcomida por la endogamia a pensar sobre el presente y el futuro de la facultad, el papel definitivo de los alumnos, la urgencia de impulsar exponencialmente el empoderamiento ciudadano y de llevarlo a cabo en el campo de una democracia, aún inexplorada, que deje para toda la vida de pivotar sobre el presente juego trucado de los obsoletos partidos. Y lo realiza para llamar la atención sobre un creciente sinsentido en pleno auge de la sociedad del conocimiento: el tozudo y también entusiasmado empeño de las universidades comúnes en que su alumnado malgaste el tiempo imponiendoles la asistencia a inacabables horas de clases presenciales. Práctica, en muchas oportunidades inútiles y siempre y en todo momento, salvo en los presuntos de prácticas ineludibles, despilfarradoras de tiempo de enseñanza-estudio y de elementos, humanos, materiales y medioambientales.¿COVID-19 versus facultad? Claro. La primera frente a la extendida alarma que hizo saltar sobre la potencial malvada tentación de control o de supervisión totalitaria sobre los humanos que brindan al poder las novedosas tecnologías