Esto no es una novela

Como la pipa del cuadro de Magritte que examinó Foucault, Esto no es una novela se proyecta en muchas direcciones y pone a la imaginación en situación de sospecha. ¿De qué se habla? Las pistas son múltiples: la desaparición, el cariño, la representación, el trabajo, la amistad, la vida "ejemplar" de artistas y científicos, lo singular y lo tautológico, lo indiferente y lo evidente, la lealtad entusiasta del humor, la hondura angustiosa de la patología y la desaparición, "el padecimiento de ser y el aburrimiento de existir", el arco exquisito de la risa imprevisible y la inconstante esa. El libro a absolutamente nadie expulsa, y da una sabiduría y un deleite ilimitados.
Esto no es una novela es y no es una novela. Y de esta manera la compilación de datos, citas, hechos, anécdotas, situaciones veladas, prudentes desgracias, halla el cauce, el paso, el ritmo justo de lectura que le impone ese otro personaje admirable al que la novela semeja, al fin, asignarle un papel central: el lector