Sobre el estilo. Sobre lo sublime (Biblioteca Clásica Gredos nº 15)

2 breves tratados de crítica literaria de la tradición helenística postaristotélica, los dos de hacia el siglo I d.C.: el atrayente estudio de Demetrio sobre los estilos y el muy influyente (más que nada entre los románticos) tratado de Longino sobre lo sublime.
En este volumen se muestran 2 breves tratados de crítica literaria de la tradición helenística postaristotélica, los dos de hacia el siglo I d.C.
De Demetrio (creador del que solo conocemos el nombre) nos llega Sobre el estilo, el único ejemplo preservado con aspecto sobre la teoría de los estilos, que divide en 4 apartados: plano, grandioso, muy elegante y enérgico (esto último es la noticia que contribuye a los estudios de crítica). Cada estilo es explicado en lo que se refiere a estilo, dicción y predisposición de expresiones, tal como lo son los que corresponden estilos deficientes (el frío, el árido, el perjudicado y el repulsivo). Forma y contenido coinciden según las reglas del decoro: el estilo grandioso, con su dicción rica y oraciones desarrolladas, es conveniente para la narración de las peleas y los mitos galácticos, el estilo liso para las situaciones de la vida diaria, el fuerte para la cólera y la invectiva literaria, el muy elegante (con su felicidad y también talento) para el cariño, los epitalamios y los jardines. Tiene relación además de esto al estilo epistolar: la carta refleja el carácter del escritor y no ha de ser un opúsculo pomposo ni exageradamente informal. Asimismo resultan atrayentes los estudios de la metáfora y la oración. Para ilustrar sus ideas, Demetrio recurre a ejemplos de varios autores y géneros.
El popular tratado de Longino, o de un Pseudo Longino, es el más destacable de su tiempo en crítica literaria y tiene como cualidad primordial el entusiasmo y el furor en la exposición de su tema. Al lado del afán de precisión en la búsqueda de unos argumentos objetivos para el análisis literario, está animado por un espíritu vivo y caluroso. Longino siente la excelencia sublime en Homero, Platón, Demóstenes, un poema de amor de Safo, el latín de Cicerón y (único en la crítica pagana) la creación del Génesis. Todos estos ejemplos distribuyen su aptitud de perjudicar emotivamente: lo sublime no encanta o persuade, sino sorprende, nos transporta con una fuerza irreprimible a formar parte de la inspiración del creador. Este efecto emotivo se combina con un planteo global, ya que lo sublime se consigue a través de la nobleza de la cabeza. En una enorme digresión sobre el genio, se asegura que la sublimidad de la cabeza es lo que mucho más nos acerca a la cabeza divina. La excelencia supone el peligro al fracaso, pero el genio imperfecto es mayor a la mediocridad pulimentada. Se habla, en definitiva, de un alegato a favor de la audacia y la amplitud de miras y contra la cómoda seguridad. Longino tuvo una predominación colosal, más que nada entre los críticos románticos.