Estética: Estudio preliminar de Antonio Lastra

Si había un velo que descorrer, la lectura desprovista de los prejuicios de una tradición filosófica o estética especial (de una historia nacional o, como el día de hoy la denominaríamos, institucional del conocimiento y el arte) va a poder llevarlo a cabo con mucho más virtud que una interpretación rigurosamente hermenéutica, con su insistencia en la circular ética sociable: la insistencia de Schleiermacher en llevar a cabo depender la estética de la vida de un planeta del arte donde se expresa el sentimiento no resultará extraña a los contemporáneos de Danto y su Artworld o de los teóricos de la representación como Wolheim. En un planeta del arte que no puede ser distinto de todo el mundo de los que leen, el enunciado de que todos y cada uno de los hombres son (ética, libremente) artistas equivale a asegurar la presencia misma del arte como una producción común, lo que aún no quiere decir que todas y cada una de las producciones de los hombres sean maravillas artísticas. El trascendentalismo überästhetisches de Schleiermacher determina, de todos modos, un planeta. Alén de este concepto ético de la estética está, realmente, otro planeta.