CON ESTE SIGNO VENCERÁS (TRILOGÍA DE LA ANTIGÜEDAD nº 3)

Somos cristianos. Lo aseguramos con la boca llena. La sentencia se asoma a nuestra cabeza y a nuestro corazón. De esta manera nos fue asignado desde el momento en que el agua de la pila bautismal mojó nuestras cabezas y de esta manera se nos enseñó desde la mucho más tierna niñez hasta labrar ese término en nuestro inconsciente. Vivimos asomados a las ventanas del edificio magnífico de la Santa Madre Iglesia Católica, Apostólica y Romana y desde ellas observamos a el resto, a los menos agraciados por haber errado el sendero de la realidad absoluta. En nuestro con limite espacio veneramos a nuestras vírgenes, a nuestros beatos, a nuestros mártires