Éramos unos niños

GANADOR DEL NATIONAL BOOK AWARD

El libro icónico de Patti Smith, en el que cuenta su relación con Robert Mapplethorpe: un homenaje a la amistad cuyas páginas cargadas de vitalidad y humor nos devuelven el gusto de un Novedosa York donde prácticamente todo era viable.

Fue el verano en que murió Coltrane... Los hippies levantaron sus brazos vacíos y China detonó la bomba de hidrógeno. Jimi Hendrix prendió fuego a su guitarra en Monterey... Fue el verano del amor. Y en aquel tiempo dinámico y también inhóspito, un acercamiento casual cambió el curso de mi vida: fue el verano en que conocí a Robert Mapplethorpe.

Corría el mes de julio de 1967 y eran unos pequeños, pero desde entonces Patti Smith y Robert Mapplethorpe sellaron una amistad que solo terminaría con la desaparición del enorme fotógrafo, en 1989. De eso charla este magnífico libro de memorias, de la vida en común de estos artistas, los 2 entusiastas y interesados, que cruzaron a enormes pasos la periferia de Novedosa York para llegar hasta el centro neurálgico del nuevo arte. Fue conque terminaron instalándose en el hotel Chelsea y se transformaron en los personajes principales de un planeta el día de hoy ahora perdido donde reinaban Allen Ginsberg, Andy Warhol y sus chicos, y se creaban las considerables bandas de música que marcaron los años finales del siglo XX, mientras que el vih hacía estragos.

La crítica dijo:
«Un relato conmovedor del afán de unos seres prestos a poner sus ánimas al servicio del arte, inspirados por Rimbaud, Dylan, Genet y otros nombres idolatrados.»
Rafa Cervera, Babelia, El País

«Patti Smith no solo es una enorme artista, es una hechicera, esto es, alguien en contacto con otros escenarios de la verdad.»
William S. Burroughs

«Patti Smith nos ha honrado con una pieza maestra, una magnífica convidación a abrir un cofre de los bienes que jamás antes se había abierto.»
Johnny Depp

«Este libro es tan íntegro y puro que piensa un genuino éxtasis.»
Joan Didion

«Patti Smith fue hace ya tiempo el heraldo salvaje de Rimbaud, pero el mal la transformó en un San Juan de la Cruz, un individuo mística llena de clemencia.»
Edmund White

«No lo vas a poder dejar caer y desearás mucho más en el momento en que lo finalices.»
Cristina Sánchez de Pedro, Marie Claire