Enloqueciendo a un Marqués (Lords de Londres nº 2)

Hunter, Marqués de Aaron, tiene a la alta sociedad engañada. Exteriormente es un caballero de situación, con buenos contactos, fortuna y carisma. Internamente, es un desastre. Su vicio –tomar hasta el estupor casi todos los días- prácticamente lo asesina en el momento en que se cruza en frente de un vehículo de alquiler. Su salvadora, un individuo como ninguna otra, es a la visión un ángel, pero con una lengua mucho más afilada que su bastón de estoque.


Cecilia Smith rechaza la ociosidad y el despilfarro. Si hubiera nacido varón, ahora se hallaría haciendo un trabajo en la firma legal de su padre. Es por ello que no se escandalizó al tener que socorrer de ser arrollado a un caballero borracho, en el momento en que iba tarde para una asamblea esencial en una de sus múltiples caridades.


En el momento en que sus esferas sociales coinciden, Hunter tanto se llama la atención, como se sorprende, de la muy capaz y muy bella señorita Smith. Cecilia, por otro lado, queda confundida y no poco preocupada, por sus suposiciones sobre el Marqués y sus diablos. Va a ser irrealizable acertar si estas 2 personas de mundos distintas tienen la posibilidad de conformar uno propio.